TERAPIA EMDR

La terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares es un método de psicoterapia que ha demostrado su eficacia en múltiples psicopatologías tales como el trastorno por estrés postraumático, trastornos de ansiedad, trastornos depresivos, entre muchas otras.

La terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR) es un método de psicoterapia que ha demostrado su eficacia en múltiples psicopatologías tales como el trastorno por estrés postraumático (TEPT), trastornos de ansiedad, trastornos depresivos, entre muchas otras.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la terapia EMDR como uno de los tratamientos de elección para los trastornos relacionados con el trauma.

El primer estudio científico sólido con EMDR fue llevado a cabo con los veteranos de guerra americanos que sufrían TEPT. Desde entonces, este tipo de abordaje ha sido ampliamente investigado y actualmente es un tratamiento para el TEPT aprobado por el Departamento de Asuntos de los Veteranos en USA.

¿En qué consiste la terapia EMDR?

La terapia EMDR es un modelo de psicoterapia complejo que consta de un protocolo compuesto por ocho fases. En la cuarta fase (la de desensibilización), se solicita al paciente que acceda al recuerdo traumático mientras realiza estimulación bilateral mediante movimientos oculares (o bien utilizando su correspondiente modalidad auditiva o táctil).

¿Cómo funciona?

Nuestro sistema nervioso posee un sistema natural de curación y ante situaciones adversas el cerebro procesa la información perturbadora, transformando los recuerdos en aprendizajes. Es decir, toma aquella información que pueda resultar útil para guiarnos en un futuro, y descarta el resto.

A pesar de que procesamos la información perturbadora de forma automática e inconsciente a lo largo de todo el día, este procesamiento se produce, en su mayor parte durante el sueño REM. En este estadio, se producen los movimientos sacádicos. Esto es, los ojos se mueven rápidamente de un lado a otro, favoreciendo la comunicación interhemisférica y activando nuevas asociaciones entre nuestros recuerdos. De este modo, el recuerdo estresante queda integrado dentro de las redes de memoria más generales. Esto explica el por qué, tras haber dormido, nos sentimos mejor acerca de situaciones angustiantes vividas el día anterior.